Un hombre que su máxima es avanzar y llevar la iniciativa permanente. En la campaña de Francia demuestra, casi hasta la irresponsabilidad ésta máxima avanzando hasta detrás de las líneas francesas constantemente, quedando los franceses estupefactos al ver unidades alemanas tan adentro y rindiendose en masa. Su inventiva y capacidad de innovación con el nuevo formato de guerra acorzada móvil. El disparar al bulto concentrando toda la capacidad de fuego de sus carros cuando eran atacados desde bosques o escondrijos no solo servía para salvar la situación, sino que además pasaba de ser atacado a atacante disolviendo por completo y provocando daños en los enemigos.
En esta fase del libro se descubre que la campaña de Francia no fue en absoluto un paseo militar para Alemania. Se dieron una serie de circunstancias para que terminase la guerra como terminó pero en el libro nos muestra la crudeza y realidad de la guerra, con situaciones complicadas, muertes, heridos, etc..
En la campaña del desierto más de lo mismo. Lo que más me ha gustado es que no se escondía de nada, no era el típico oficial de estado mayor recorriendo el frente desde la retaguardia con los prismáticos. Era el primero en ir a reconocer el frente en persona, en ir a reconocer el frente!!, es que creo que eso no lo hacía ningún general. Montarse en un avión y hacer una misión de reconocimiento día tras día, o en coche haciendo multitud de kilómetros exponiendose. De hecho resultó herido en varias ocasiones y estuvo al filo de la muerte en otras tantas, cayendo muertos algunos de sus colaboradores a escasos metros suya.
Su nivel de inventiva causó estragos entre sus enemigos. Hacer la guerra en tierra con movimientos casi navales en el desierto o adaptar el Flak de 88mm antiaéreo como arma anticarro, convirtiéndola en el arma más temida hasta el final de la guerra por los ejércitos de tierra aliados, eso sí, en contra de toda la Luftwaffe.
Su nivel de inventiva causó estragos entre sus enemigos. Hacer la guerra en tierra con movimientos casi navales en el desierto o adaptar el Flak de 88mm antiaéreo como arma anticarro, convirtiéndola en el arma más temida hasta el final de la guerra por los ejércitos de tierra aliados, eso sí, en contra de toda la Luftwaffe.
Uno se va impregnando de sus dotes de mando y genialidad en el campo de batalla. Su impotencia al ver como no le hacían caso desde Roma o Berlín para proporcionarle todo lo necesario para mantener el frente y a sus hombres. Sus peleas con Mussolini o con el propio Hitler. Apoyado el texto con las cartas y misivas que mandaba a su esposa casi a diario, otro punto fuerte del libro. Su desencanto con la guerra según va dándose cuenta de quién dirige Alemania y lo que está provocando. Pero lo que más le aturdía y le dolía era la situación de sus hombres, de impotencia para conseguir lo necesario para poder salvarlos y sacarlos de la situación en que se había convertido el Norte de África con 2 frentes abiertos después de la Operación Antorcha.
Todo esto es a groso modo, el libro está lleno de infinidad de detalles de las vivencias y pensamientos de Rommel a lo largo de los años de campaña.
El final es bastante duro, su hijo relata los últimos días de su vida, casi de cautiverio y sus últimos momentos. Cuando llegan a buscarlo y le dan 15 minutos para despedirse. Muy duro. Un triste final para un gran general. Para los amantes de la II G.M. creo que es un título imprescindible.
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3 comentarios:
Casualmente, hace unos meses que vi las memorias de Rommel en el kiosco y las compré. Recomiendo su lectura. Aprendes una barbaridad sobre estrategia y problemas de mando.
Su mayor virtud sin duda era tener una clara vision de hasta donde y de que forma su ejercito podia moverse, atacar y retirarse...si hitler le hubiera puesto al mando del 6 ejercito, con todo su potencial de salida, no hubiera querido saber donde hubiera dejado stalingrado.
Buen libro lastima que tu enlace esta dañado
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GRACIAS POR TU MENSAJE